Se encuentra científicamente comprobado que el ser humano recuerda un 35 % de lo que huele frente a un 5 % de lo que ve, por lo que no es de extrañarse que cada vez más empresas o marcas apuesten por desarrollar estrategias de marketing olfativo.
Este tipo de mercadotecnia se basa en utilizar olores o fragancias como activadores de emociones, sentimientos y posteriormente de relaciones con los consumidores; partiendo precisamente del hecho de que este sentido tiene comunicación directa con la memoria.
Los beneficios de poner en marcha estrategias de marketing olfativo
Dentro de una gran cantidad de beneficios que habilita este tipo marketing para los emprendedores o líderes empresariales de comercios (como hoteles, restaurantes o del sector vestuario), destacan seis:
- Conectar con los clientes: diversos estudios aseguran que el 75 % de las emociones se generan por el olfato, por lo que no está de más intentarlo.
- Incrementar las ventas: las empresas que han utilizado este tipo de técnica dan fe de que han incrementado sus ventas hasta en un 25 %.
- Resaltar en la industria en que se desenvuelven: un 83 % de las campañas de marketing se enfoca en la vista, mientras que el 17 % restante en los otros sentidos. A veces ser minoría no es una desgracia, sino una ventaja.
- Aumentar la productividad: se ha confirmado que la aromatización puede reducir los errores en oficinas, hasta en un 20 %.
- Fortalecer la marca en cuestión: como se mencionó con anterioridad, las personas recuerdan el 5 % de lo que ven y el 35 % de lo que huelen.
- Generar más ingresos: al menos un 59 % de los consumidores gastará más dinero en locales con un ambiente aromatizado.
¿Cómo aplicarlo?
De acuerdo a los expertos, el uso más frecuente del marketing olfativo es desde el punto de venta (es decir, offline); para crear una experiencia positiva o más amena entre la marca y sus usuarios.
Normalmente los hoteles, restaurantes o tiendas de alimentación, concesionarios de automóviles y oficinas en general son los lugares donde más se aplica; conforme a los productos y servicios que ofrecen.
Dos ejemplos bastante recordados
- Dunkin’ Donuts
El primer ejemplo que utilizaremos es el de Dunkin’ Donuts, que en el año 2012 lanzó una campaña en Corea del Sur en la que utilizó el marketing olfativo. Sus creadores instalaron pulverizadores con aroma de café en diferentes autobuses de la ciudad Seúl y en el momento en que el anuncio sonaba por la radio, dichos pulverizadores rociaban el aroma; atrayendo así nuevos clientes a los establecimientos.
- Disney
Disney, por su parte, aprovechó el olor de las palomitas recién hechas en las instalaciones de sus parques de atracciones como estrategia. De hecho, cuentan con bombas dispensadoras corporativas que permiten expandir ese olor en espacios de hasta 4.000 metros cuadrados. Algo que fue replicado por la mayoría de los cines de la región.
Aunado a esto y durante determinadas épocas del año, busca provocar otras sensaciones en los visitantes. Por ejemplo, en Navidad los parques Disney huelen a pino y en Halloween a calabaza.
Imagen: Freepik
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